Hasta hace relativamente poco (varios meses), esto era un handicap para que los nuevos usuarios de GNU/Linux que venían de Windows. Se instalaban su nuevo sistema libre y podían leer en su partición de datos NTFS de su Windows XP, pero no podían copiar nada a esta. Esto hoy en día ya no supone ningún impedimento, y menos en Ubuntu.
Antes para conseguir esa escritura en una partición compartida y válida para Windows y GNU/Linux era necesario que fuera en FAT32 con todo lo malo que ello implica (lentitud de acceso, mala organización de ficheros, etc).
En julio del 2006 dio a la luz un driver para GNU/Linux que permitía el acceso de lectura y escritura en una partición NTFS. Su nombre era ntfs-3g y estaba aún en fase beta. El driver funcionaba bien, aunque corrías el riesgo de que tuviera un mal funcionamiento y se pudiera cargar la partición.
Sin embargo en febrero de este mismo año (2007) se pasó a su fase estable y aunque desde el equipo de desarrollo nos avisan que lo usamos bajo nuestro riesgo personalmente le he dado bastante trabajo a una partición NTFS para ver qué tal iba y no he tenido problemas.
En Ubuntu es realmente muy fácil instalarlo. Antes había que añadir un repositorio a nuestro sources.list, pero ya no es necesario, el único requisito es que tenemos que tener habilitados los repositorios Universe (en Feisty ya vienen por defecto).
Ahora hay que instalarlo, bien gráficamente buscando y marcando en Synaptic ntfs-config o bien escribiendo simplemente en consola:
Tras esto lo único que resta es configurar nuestras particiones NTFS para que usen este driver, y esto es igual de simple, pulsar Alt+F2 (o abrir consola) y escribir lo siguiente:
gksu ntfs-config
Tras introducir nuestra password, se nos abrirá una ventana que nos configurará automáticamente las particiones NTFS que tengamos a nuestro gusto.
Marcáis las casillas que os interesen sabiendo que los dispositivos internos son los discos duros que tenéis en vuestras torres y que los externos son por ejemplo un disco duro externo. Aceptáis y listo.
Tras esto no será necesario ni reiniciar el equipo ya que habrá desmontado las unidades que ya hubiera montado previamente el sistema y las remonta usando el driver ntfs-3g.
Ya podéis escribir lo que queráis en vuestras particiones NTFS, sin embargo personalmente os recomiendo que en GNU/Linux siempre trabajéis con particiones ext3 o ext2 ya que gestionará y accederá de mejor forma que en NTFS. Pese a todo siempre viene bien tener la posibilidad de acceder a particiones de este tipo si tenéis compartido un sistema Windows con otro GNU/Linux
Fuente: chuyuseche y La Vida Linux
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