Con esta herramienta nos bastará presionar la combinación de teclas CTRL + ALT + BACKSPACE para entrar en el “modo asesino”, en el que una tierna calavera acompañará al puntero del ratón, y después simplemente hacer clic sobre la aplicación que deseamos cerrar, con lo que “aniquilaremos” al proceso correspondiente sin tener que pasar por el Administrador de Tareas. Y para salir del “modo asesino” el procedimiento es igual de sencillo, simplemente presionamos la tecla ESC.
Esta herramienta en realidad es un ported de Linux xKill, un programa que hace exactamente lo mismo, pero en Linux. xKill funciona desde un archivo ejecutable de apenas 30 KB y no requiere ser instalado, por lo podemos meterlo en una unidad USB y llevarlo con nosotros a todas partes. Además tenemos la ventaja de que no es necesario “adivinar” que proceso corresponde a la aplicación que queremos cerrar.
Vía
downloadsquadEnlace (sitio oficial)
xKill
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